En el control, reprimes; en la transformación, expresas.

La próxima vez que te sientas airado corre alrededor de la casa siete veces, y después sientate bajo un árbol y contempla adónde ha ido la ira.

No la has reprimido, no la has controlado, no la has proyectado sobre otro... porque en ese caso se crearía una cadena, ya que el otro es tan tonto como tu, igual de inconsciente. El proyectará más ira sobre ti, está reprimido tanto como tu. Entonces, se produce una cadena: tu proyectas sobre él, él sobre ti, ambos se convierten en enemigos.
No se lo tires a nadie encima. Es lo mismo que cuando tienes ganas de vomitar: no vas a vomitar sobre otro.
La ira necesita un vómito, ¡vais al cuarto de baño y vomitas!

Depura todo el cuerpo... Si suprimes el vómito, será peligroso y, cuando hayas vomitado te sentiras fresco, libre de peso, descargado, bien, sano.

Había algo malo en la comida que tomastes y el cuerpo la rechaza. No forces que permanezca dentro. La ira es simplemente un vómito mental. Hay algo malo en lo que habéis incorporado y todo tu ser psíquico quiere expulsarlo, pero no hace falta proyectarlo sobre alguien.

Osho.

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