La avaricia y el miedo van juntos; por eso, el cielo y el infierno van juntos. El infierno es el miedo, el cielo es la avaricia. Crea miedo en la gente y crea avaricia en la gente: hazlos tan avariciosos como sea posible. Hazlos tan avariciosos que la vida no pueda satisfacerlos; entonces acudirán al sacerdote y al líder. Empezarán a fantasear acerca de alguna vida futura en la que sus deseos tontos y sus fantasías estúpidas se cumplirán.

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